El traductor jurado se responsabilizará de su traducción no de que el documento que le envíe el cliente sea original o no. En caso de que el documento original no fuera original el cliente estaría llevando a cabo un fraude que más tarde o más temprano se descubrirá, pero que en ningún caso recae sobre el traductor. Muchas veces el traductor, a través de una nota en su traducción jurada original, menciona la fuente de la copia de la traducción, por ejemplo si el documento fue enviado online, por fax, en mano, etc. Y algunos traductores además envían, junto con su copia original firmada y sellada una copia del documento que el cliente les ha enviado para así no tener problemas de fraude.
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